Chema me ha regalado una cosa que me hizo algo que nunca pasó mientras estuve con el y con todos ustedes. Me hizo llorar... llorar como una niña, llorar con fuerza sin que pudiera parar.
Ahora que escribo lloro también... Siento toda mi cara mojada y mi pecho me duele.
Las imagenes que ahora recordé y que se pasan en mi cabeza como una peli me hacen dolor. Un dolor bueno y malo, dulce y amarga, feliz y triste.
Como pueden cinco meses y unas cuantas personas provocaren en mí todo esto?
Que afortunada soy.
No quiero olvidar.
Quiero tenerlos siempre y para siempre.
No sabes como tengo ganas de abrazarte a ti, Chema, por lo que hiciste! Y como lo hiciste...!
En estos cuatro minutos he viajado de nuevo... hacia un lugar donde fui feliz todos los dias. Donde vivi mi sueño. Donde todo fue magico y inolvidable.
Luego veo que soy mucho más rica ahora.
Mucho más llena de cosas buenas adentro de mí.
Y esto así es porque pudo conocerlos y conquistar un espacio ahí... muy cerca de vuestros corazones.

Gracias a tí, Chema.

Promenade. Lido. Funchal.














Há gatos pela Promenade.

Delicio-me de cada vez que me encontro com eles. São meigos e felizes.
Regresso ao hotel. Hoje é noite de jazz e no muro que acompanha a última linha de luz está a gata que cá vive. Vejo nela uma figura de convite que agrada aos hóspedes e que viaja para muitos países nos rolos das inseparáveis máquinas fotográficas dos que atravessam fronteiras.

06.07.2008
Go deeply.